31 octubre 2013

Sobrelleva la Muerte de un Ser Querido

La muerte de un ser querido, es la causa de mayor estrés angustia, tristeza y desesperación que puede experimentar el ser humano. Se puede aprender a sobrellevar dignamente un duelo ante el fallecimiento de un ser querido, sin dejarnos arrastrar por el dolor y la depresión?

Para honrar y dignificar la memoria de los seres queridos que han fallecido,sin dejarnos arrastrar por el dolor y la depresión, debemos compartir un acercamiento al duelo, al dolor que representa la muerte de nuestros seres queridos más cercanos. 

Esa inevitable pero en muchos casos desgarradora sensación de pérdida y despojo; este será sin duda alguna, un valiosísimo proceso de aprendizaje, no solo para entender y superar los períodos de luto y dolor filial, sino que además será un importante apoyo para nuestros parientes, cuando también a nosotros nos corresponda continuar nuestro proceso de crecimiento, superación e iluminación en otros planos, en otra dimensión, seguramente más cerca de Dios.

Vivir responsable mente un proceso de duelo no significa "olvidar a...", no; tampoco significa "dejar de amar", no; tampoco: "evadir o negarse los recuerdos gratos y valiosos", no; proceso de duelo no significa negar el dolor, ni esconderlo, no! Sobrellevar o superar un proceso de duelo quiere decir: poder volver a dormir con verdadera calma y tranquilidad para reponer energías, sentir que el apetito se normaliza, poder volver a trabajar con idoneidad y capacidad; repetimos lo dicho antes: es reencontrar motivos y razones para continuar viviendo, admitiendo inclusive la posibilidad de volver a sonreír, de volver a encontrar momentos felices, de volver a compartir normalmente. Superar un duelo también significa que estaremos en condiciones anímicas y emocionales para hacernos cargo responsable mente de nuestros deberes laborales, sociales, familiares, personales y económicos; y sobre todo, que estaremos en condiciones de convertir nuestra vida en una serie de vivencias positivas que sean un homenaje digno a la memoria del ser querido ausente.





Es normal, entendámoslo bien, es "normal" que en las dos primeras semanas nos sintamos aturdidos, confusos, con nuestras emociones desbocadas, con dificultades para volver a la normal rutina de nuestro trabajo y en general de nuestra vida, esto es normal.
Se recomienda no negarse esta parte del proceso, no reprimirse, no bloquearse, antes por el contrario: es aconsejable dejar fluir el dolor, llorar cada vez que así lo desee: hablar "de" la persona fallecida, hablar "con" ella. Pero cuidado, en esta primera etapa también aparecen pensamientos y sentimientos de culpa, rabias y tendencia a la depresión, estos aspectos si se deben comenzar a procesar, como punto de partida para poder superar y sobrellevar el duelo e iniciar así, en forma digna y adecuada, el homenaje de nuestra vida a la memoria del ausente.



Decíamos que durante el primer año es normal que se presenten períodos difíciles, que coinciden con las "primeras veces", como: su primera fecha de cumpleaños sin su presencia, el primer día de la madre... sin ella, la primera navidad, el primer 31 de diciembre y el aniversario de su fallecimiento; en algunos casos, el primer aniversario es especialmente doloroso y no debemos extrañarnos por las manifestaciones emocionales que puedan presentarse, estas no significan necesariamente que el duelo no se este procesando o llevando a cabo; tampoco significan que se haya derrumbado o perdido todo lo que hasta aquí se había logrado superar en materia de consuelo y superación, no, estas recaídas suelen ser breves y en un par de días se logrará seguir adelante con un poco más de normalidad.


En ningún momento y por ningún motivo debemos sentirnos culpables de iniciar una nueva vida. Reflexionemos sobre lo siguiente: Si pudiésemos preguntarle a nuestro ser querido ausente: "Estarías de acuerdo con que yo continúe adelante con mi vida?" "¿Qué preferirías que decidiera ante esta situación?" Podemos tener absoluta certeza que la respuesta de aquel ser amado sería: "Renueva tu vida, sigue adelante, quisiera ver que has reencontrado tu alegría de vivir, no me hagas sentir culpable de verte destruido moral y emocionalmente, vive! ya que vivo estás! Yo estoy bien, no podría estar mejor, aquí no hace frío ni calor, nada me angustia, nada me preocupa, nada me duele ya! Vive! ya que vivo o viva estás!"



Algo muy importante comienza ahora: el conocimiento de que SI es posible sobrevivir; el descubrimiento de que SI es posible seguir adelante; reconocemos ahora, dentro de nosotros, el valor y la entereza que necesitamos; conocemos el verdadero significado del amor y la tolerancia, la comprensión y la paciencia.

Reconocemos ahora lo que significa la superación de un proceso triste y doloroso; ya hemos vivido y sobrevivido a una gravísima situación traumática y emocionalmente muy desequilibrante, por lo tanto ahora somos (debemos ser) personas más maduras, más sólidas, espiritualmente debemos ser mejores personas.

¡No temas a seguir viviendo, esa persona ahora es mas feliz que tú y descansa con una tranquilad invaluable!






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